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martes, 26 de noviembre de 2013

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No lo tomemos a la ligera, ya que lo mejor es crear conciencia sobre un problema real: 90% de los estudiantes experimentan, en mayor o menor medida, períodos de crisis antes, durante y después de un examen, de modo que alteran sus hábitos de manera inconsciente, por ejemplo, a la hora de dormir, lo que desencadena trastornos como sonambulismo, pesadillas o insomnio. 

No es extraño entonces que hasta el estudiante más capaz tenga repentinos malestares (como dolor de cabeza o estomacal) y que ante la presión de la hoja en blanco o del interrogatorio directo del maestro "pierda" repentinamente todos sus conocimientos, pero una vez superada la tensión "vuelva" a su mente todo lo que sabía. 

Este hecho se debe a que un chico experimenta estrés ante la cercanía del período de exámenes, de modo que tiene una secreción prolongada de adrenalina, hormona producida en las glándulas suprarrenales que en condiciones apropiadas nos prepara de manera instantánea para poner nuestra vida a salvo; gracias a ella muchas personas en situación de peligro (se encuentran en medio de un incendio o un vehículo está a punto de atropellarlos) desarrollan fuerza insospechada, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas. 

Sin embargo, la adrenalina puede ser contraproducente para el caso que nos ocupa, ya que su producción sostenida favorece alteraciones en la conducta, tics nerviosos, tartamudeo y mal humor. A esto debemos agregar factores psicológicos que aumentan el miedo del estudiante, como la presión que ocasiona sentirse evaluado y el temor a desilusionar a seres queridos, compañeros o a sí mismo.
 


Consejos contra el estrés


Para acabar con la presión se deben emprender acciones diversas que permitan reducir la sobrecarga de trabajo y tensión, y que en ocasiones exigen reaprender la forma en que se realizan las tareas, por ejemplo: 


* Programar las actividades a través de un horario para que no se acumulen ni sean "incontrolables".

* Establecer prioridades claras en la realización de dichas labores.

* Aprender a decir no a los compromisos que no se pueden cumplir o que no estén dentro de los ya programados.

* Asumir que aún los grandes retos se superan a través de secuencias de pequeños pasos, no de esfuerzos sobrehumanos.


Además, existen formas de contrarrestar los efectos nocivos del miedo, como el ejercicio físico regular y las técnicas de relajación: el primero es especialmente útil, ya que proporciona escape a tensión y agresividad, mejora el funcionamiento cardiovascular y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica, en tanto que el segundo es conveniente para aliviar el estado de tensión muscular que ocurre inconscientemente durante el estrés, especialmente en nuca y cintura. 
Tácticas de estudio


  1. Para ser francos, el tiempo que se debe trabajar en forma continua para que el período de exámenes no resulte una pesadilla, es exactamente el mismo que el que dure el periodo escolar, y lo mejor es dedicar 1 ó 2 horas diarias a estudiar para contar con memoria activa y adecuada concentración; leer todos los libros una noche antes del examen genera tensión, descanso inadecuado y fallas en la memoria, así que es mejor planificar para razonar y enlazar ideas en vez de memorizar cifras o fechas a la carrera. 

Cuando la materia es difícil pueden experimentarse distintas lecturas que favorezcan el razonamiento: una "al aire", veloz, que nos ofrezca un panorama general; a continuación una comprensiva, subrayando palabras clave que sirven para hacer un resumen y, finalmente, una más profunda o de repaso que reafirme lo ya leído. 

Asimismo, es importante contar con un lugar de estudio con las siguientes características:
 


* Bien ventilado.

* Clima templado.

* Silencioso, sin ruido ni música.

* Con espacio suficiente para estirar las piernas y caminar un poco.

* Iluminado adecuadamente, de preferencia con luz natural. 

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